Hola de nuevo, minions. Después de 5 combates consecutivos a base de hacer pelear a mozas de anchas caderas y voluptuosas curvas, nos pasamos al otro extremo para enfrentar a dos machos hipermusculados con sobredosis de testosterona. A petición de Freakmaster (creo, lo habéis pedido tantas veces que no sé quién fue la mente brillante que lo concibió originalmente), vencedor por goleada en la última votación, hoy tenemos un combate a hostia limpia entre Zangief y Bane. Pero antes de empezar con el festival de sangre, vísceras y extracción dental, conozcamos un poco mejor a estos dos armarios empotrados.
Zangief
Este ruso de pelo en pecho es el típico luchador profesional de ataques lentos pero poderosos. Su intención era participar en el torneo Street Fighter representando a Rusia para detener a M. Bison. Tras lo cual, y después de pasar por algunos torneos Street Fighter más, decidió retirarse de la vida de luchador y decidió probar suerte en el mundo del espectáculo (recientemente le hemos visto en ¡Rompe Ralph!). Actualmente se dedica a alimentar patos y palomas en bancos de parques públicos, mientras se queja de lo mal que va el país y de la mierda de pensión que le ha quedado. [OJO, biografía no oficial (Vamos, que me la he inventao)]
Zangief usa una técnica que combina fuerza bruta con lucha libre, combatiendo con golpes lentos pero poderosos. Aunque es un objetivo grande, también tiene ataques elusivos. En definitiva, un luchador para jugadores expertos.
Bane
Esta enorme masa de carne tiene su orígen en la prisión Peña Dura, cumpliendo la condena impuesta a su padre, un revolucionario. A falta de nada mejor que hacer, Bane ejercitó cuerpo y mente en la cárcel, con lo cual se convirtió en un tío cachas y culto. Pero, oh, triste destino, los carceleros le hicieron probar una droga llamada Venom, que incrementó sus habilidades físicas a cambio de causarle una fuerte dependencia. Cuando salió de la cárcel, se montó la paranoia de que Batman era el tirano de Gotham, así que decidió que su cabeza quedaría fenomenal en su sala de trofeos.
Actualmente, después de una vida de crujir huesos y romper mandíbulas y rehabilitado por la Fundación contra la Drogodependencia, Bane se gana la vida repartiendo comida en un comedor social, alimentando a lo que están en su misma situación.
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